Hemos llegado al final de la asignatura y toca recapitular
vivencias y aprendizajes a través de un artículo final que refleje todo esto lo
mejor posible.
Para escribir este artículo, empezaré por recordar en qué
punto estaba yo en el momento en que empezó la asignatura, allá por febrero. Me
encantan los cuentos infantiles. Desde que fui madre tuve la suerte de ir dando
con cuentos especiales, más allá de las princesas Disney o Peppa Pig. Pronto
empecé a ver la magia que los cuentos ofrecen a los niños y la importancia del
acercamiento temprano a la literatura, pero evidentemente, todo muy de andar
por casa. Sin pensar en momentos evolutivos (porque no los conocía) ni en
intereses literarios del niño. Sí que dispuse en el salón de casa un rincón
donde tienen algunos cuentos en estantes a su alcance con la portada vista y
otros más al lado en una caja. Para delimitar el espacio, una alfombra y unos
cojines. Así, vamos renovando y rotando cuentos, según sus gustos y los míos,
sin más.
No sabía muy bien como iba a ser la asignatura. Muchas ganas
de hacerla, he de decir…¡que no tenía! Si disfrutamos con los cuentos…¿Para qué
darle más vueltas? Ahora lo pienso y no tenía ni idea de lo que iba a aprender.
Haré un repasillo tema por tema.
Con el primer tema, los libros
infantiles de autor fue como rompimos el hielo en el blog.
Este trabajo me enseñó a seleccionar un cuento para una
determinada edad siendo plenamente consciente de que estoy escogiendo un cuento
adecuado, pudiendo justificarlo y argumentarlo.
Otro aspecto en el que nunca me había fijado, era en la
existencia de cuentos literarios y paraliterarios y aunque a veces se
distinguen perfectamente, la línea entre unos y otros puede ser muy delgada. Es
importante tener esto en cuenta dependiendo de qué intenciones tengas en cada
momento.
Corrigiendo esta entrada, Irune me enseñó a aprovechar el
simbolismo de la literatura para generalizar un tema concreto (una niña con
tendencia a las caídas) pudiendo así hacer que se identifiquen todos los oyentes
o lectores del cuento (si lo tratamos, por ejemplo, como las torpezas de cada
uno).
El segundo tema, los textos
folclóricos en infantil. Al leer la guía de trabajo recuerdo pensar que no
me apetecía nada meterme con los cuentos folclóricos, ¡con los cuentos tan
geniales y actuales que hay! Estaba completamente bloqueada con este tipo de
cuentos y de hecho nunca se los había contado a mis hijos. Pero fue empezar a
leer algunos para elegir los que trabajaría y empezar a recordar bonitos
momentos de mi infancia y a la vez empezar a redescubrir y reinterpretar
cuentos que, evidentemente, no entiendes igual a los 6 años que a los 31. En
especial mencionaré el cuento “El traje
nuevo del emperador”. Me pareció impresionante.
Tercer tema: La hora
del cuento. Considero que este taller fue clave para la evolución que he
experimentado en la asignatura. Contar
un cuento a un adulto es una oportunidad que no surge normalmente. Como contaba
en la entrada, me quedo con el feedback del grupo y el intento de normalizar la
acción de contar cuentos, sean dirigidos a quien sea.
Seguimos avanzando en los temas y llegamos a las creaciones literarias. Esta entrada me
daba miedo, tal cual. Fui aplazando mucho el momento de ponerme a trabajar
porque la verdad, nunca he tenido mucha imaginación y aunque me encanta leer y
leer, cuando llega el momento de escribir algo, no se por donde empezar. Por
eso estoy muy contenta con el resultado de esta entrada. Últimamente tengo un
mantra: Muévete y el camino aparecerá
(proverbio Zen). Cuando intento ordenar en mi cabeza y tenerlo todo listo para
empezar a escribir, no empiezo nunca. Nunca lo veo tan claro como para empezar.
Ninguna idea me convence. Gracias a este proverbio y por supuesto a las
estrategias que Irune nos propuso, los tres textos nacieron de la misma manera.
Empieza. Lo que sea. Como sea. Después irás cambiando lo que te guste menos o
incluso lo cambiarás todo, pero hasta que no lo empiezas a hacer, a veces es
difícil creer que puedes hacerlo.
Y por último la biblioteca
de aula. Parece que lo normal es lo que vemos en quizás la mayoría de las aulas de infantil: rincones de
lectura compuestos de cuatro cuentos hechos polvo y anticuados metidos en
cualquier estante que nos sobra. En mi cabeza también estaba que al haber biblioteca
de centro, con muchos más ejemplares, podía ser suficiente. Pero la última cosa
que me iba a enseñar esta asignatura es que la biblioteca de aula es
IMPRESCINDIBLE. A veces tendremos que
estrujarnos un poco la cabeza para ubicar todo de la mejor manera posible, pero
por pequeño que sea, un rinconcito podremos sacar donde los niños se sientan
cómodos y en armonía con los libros.
Por último en cuanto a las entradas, decir que los
comentarios de las compañeras son una ayuda muy grande. Hay veces que por más
que lees un texto no sabes cómo mejorarlo o no te das cuenta de cosas muy
evidentes. Por ejemplo en la hora del cuento yo conté Rosa Caramelo. Entonces al redactar la entrada comenzaba a hablar
de la historia, de la protagonista, etc. Y una compañera me escribió: “¿por qué no pones un resumen del cuento?
Para saber se qué va…”
¡Pues porque no se me había ocurrido jamás que alguien en
todo el mundo no lo habría leído! ¿Por qué? Porque yo SÍ lo había leído. Algo
muy evidente que me tuvieron que decir porque yo no lo vi.
Y por supuesto muchísimas sugerencias muy buenas que
enriquecen siempre.
Es una pena ver que en muchísimos colegios no se le da
ningún tipo de importancia a este rincón (ni en lo físico ni en lo temporal) de
literatura. Queremos que los niños lean y se aficionen a la lectura pero se lo
ponemos realmente difícil. Por eso me gustaría en mi labor como docente
contribuir en lo máximo a que esta pasión por la lectura llegue.
De lo que he aprendido, lo que quiero hacer llegar a los
niños es:
·
Cuentos folclóricos, para que estén vivos siempre.
Muchas veces si no se los contamos nosotros, no se los va a contar nadie. Para
esto, he aprendido a realizar las adaptaciones precisas para dirigirlos a
cualquier edad (si precisan de adaptación).
·
Cuentos contados, leídos o narrados de la mejor
manera posible. Poner en marcha las estrategias para la motivación y seguir
siempre buscando nuevas formas de llegar a los niños.
·
Crear textos para los niños y con los niños.
Utilizar las estrategias que he conocido para despertar su creatividad y que se
sientan libres y confiados para expresar.
·
Proporcionarles un espacio en el aula preparado
y equipado para que en sus contactos con la literatura puedan disfrutar al
máximo.
·
Y sobre todo, ayudarles a disfrutar, disfrutar y
disfrutar de la literatura.
Como conclusión a este artículo y en general a la
asignatura, solo puedo decir que me ha encantado, pese a mis pequeños miedos al
afrontar cada una de las actividades, las he disfrutado mucho y estoy contenta
con el resultado.
Perfecto, aunque has olvidado incluir algunas webs interesantes para tu futuro docente.
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