jueves, 16 de marzo de 2017

Textos folclóricos en el aula de infantil



En estos tiempos que corren, en los que las tecnologías nos inundan e incluso el papel tiende a veces, tristemente, a dejarse de lado, la transmisión oral se nos pierde poco a poco. Es nuestra obligación de maestros, trabajar para que los textos folclóricos y su gran herencia de personajes maravillosos sigan colaborando en la transmisión de tantas emociones y tantos buenos momentos con los niños y los no tan niños. Vygotsky nos hace presente la importancia de la oralidad cuando apunta que el desarrollo mental del hombre tiene su origen en la comunicación verbal entre el niño y el adulto.

¿Y cuáles son estos textos? Pues podríamos decir que los cuentos, fábulas, leyendas, canciones… de toda la vida. Pero tienen unas características básicas: son textos anónimos, se han transmitido de forma oral a lo largo del tiempo y encontramos múltiples variantes de cada uno de ellos, ya que en la transmisión cada narrador podía hacer sus pequeñas aportaciones o modificaciones, siempre condicionadas por su visión de las cosas o por la influencia de su cultura. Como bien dice el módulo docente de la asignatura, la tradición oral es la historia de un pueblo.

Estos cuentos, desde su origen, han tenido que ser adaptados ya que no eran cuentos infantiles, estaban dirigidos a toda la familia. Su principal función es la lúdica, aunque siempre esconden una función didáctica y a veces moralizante (con o sin moraleja).

Lo típico de este tipo de texto es que los acontecimientos se desarrollen de forma cronológica y lineal y se establecen relaciones de causa-efecto entre las acciones que van teniendo lugar.

Algo que me parece de gran importancia al narrar cualquier cuento, pero quizás más los cuentos contados, son las fórmulas de entrada y de salida: “érase una vez…”, “había una vez…”, “hace mucho mucho tiempo…”, “colorín colorado…”, etc. Para los niños es de gran ayuda a la hora de fijar su atención en el comienzo de la narración y en la salida, para cerrar el cauce narrativo y hacer volver al oyente al mundo real, donde más tarde podremos si queremos reflexionar sobre lo escuchado.

Vamos a comenzar con la selección.

El lobo y los siete cabritillos

Este cuento lo he elegido porque al hacer la revisión, me di cuenta que lo tenía totalmente olvidado y es el cuento que más veces mi padre me contó. Incluso lo versionaba añadiendo a la historia personajes de nuestro pueblo, esto me hacía muchísima gracia… Fui recordando todos los detalles, sorprendentemente, después de alrededor de veinticinco años sin escucharlo.



Propongo que este cuento puede ser contado a niños de tres o cuatro años sin ningún problema. El vocabulario es muy accesible para ellos y ya están familiarizados con el lobo, que desde algún tiempo antes les interesa muchísimo y juegan a ser el lobo o a ser perseguidos por él. Según Piaget a esta edad (entre los dos y los siete años) en la fase preoperacional, los niños empiezan a ser capaces de ponerse en el lugar de los demás, actuar y jugar adquiriendo roles ficticios.

La versión que yo he elegido es la de “El libro de los 101 cuentos”, pero la versión más parecida que he encontrado para que podáis leer online es esta:


Los protagonistas son animales personificados que actúan como humanos. Tenemos a uno de los arquetipos más frecuentes: el lobo que se come a las crías. Para los niños el lobo simboliza el temor a ser devorado internamente y no poder crecer a la vez que siente temor porque alguien se apropie de su vida (del módulo docente). Podríamos asemejarlo a la estructura fechoría (acción del lobo), acción del héroe (madre o incluso cabritillo pequeño) y desenlace feliz.

Del vocabulario no cambiaría nada por ser complejo, me parece bastante sencillo y si alguna palabra es más complicada ellos preguntarán su significado. Esto no les impedirá para nada entender la historia.

Solamente cambiaría una cosa: cuando finalmente el lobo muere ahogado, los cabritillos lo celebran cantando y bailando toda la noche. Me crea algo de duda, ya que las teorías de Bettelheim nos animan a no alejar las crudezas de la realidad de los niños receptores, pero la verdad es que como final, me ha gustado más el versionado por Kalandraka, que dice:

            “Se acercó a la orilla del río e inclinó el cuerpo para beber, pero perdió el equilibrio y se cayó. Arrastrado por la corriente, desapareció para siempre…
La cabra y los siete cabritillos volvieron contentos a casa. Y aún deben estar allí, si es que no se marcharon.”

En realidad dice lo mismo, el lobo muere ahogado, pero es un final un poco más abierto ya que dice que desapareció para siempre y el alivio de los niños será el mismo. La versión de El libro de los 101 cuentos dice que se ahogó cayendo al pozo, pero como he preferido elegir el final de Kalandraka, me he quedado con el final del río.

Algo que se me ha ocurrido en relación al debate sobre el papel feminismo y el masculino presente en estos cuentos, es cambiar el sexo del lobo y la cabra. Podría resultar interesante que el lobo sea una loba o que la mamá cabra sea el papá macho cabrío. Me intriga saber cómo reaccionarían los niños.

Por último, si quisiéramos trabajar después de la narración el cuento, propondría una pequeña tertulia dialógica donde cada uno elija una frase, idea, personaje, etc., que le haya llamado la atención y todos hagamos algún comentario sobre ello.


El traje nuevo del emperador

A pesar de conocer este cuento desde hace mucho tiempo, ha sido ahora volviendo a leerlo cuando me ha parecido de una riqueza increíble. Lleno de ironía y más para mayores que para niños, me gustaría probar con ellos, en concreto con la edad de cinco o seis años, cómo reaccionan y qué ideas extraen del cuento. Y es que según investigadores de la Universidad de Montreal, en Canadá, los niños a partir de los cuatro años pueden entender e incluso utilizar algunas formas de ironía. El lenguaje es bastante sencillo e igualmente que con el cuento anterior, ¡si tienen dudas que pregunten! No le cambiaría absolutamente nada.




A través del cuento podemos tratar la inocencia y la sinceridad como grandes virtudes, por encima de las mentiras, las vanidades y las adulaciones. Relaciones entre los personajes. Sinceridad. Autoestima. Inseguridades. La necesidad de pensar por uno mismo y no dejarse llevar por la opinión de los demás. Realidad e imaginación. Vamos, una joya para trabajar con ellos tantos temas como surjan.

La estructura de nuevo responde a la clásica, planteamiento, nudo y desenlace.

Para finalizar la lectura propondría que entre todos pensásemos que hubiese pasado si se hubiesen dado otros finales, como por ejemplo, que el emperador no fuese tan presumido o si el niño no hubiera dicho que iba desnudo.
Otra idea sería pensar entre todos que habría pasado en el reino después de ese día.

También propondría una pequeña tertulia dialógica con las ideas que más les han llamado la atención.

Por último propongo un juego de palmas:

En la calle 24

            En la calle-lle
            Veinticuatro-tro
Ha habido-do-do                  
            Un asesinato-to
            Una vieja-ja
Mató un gato-to
Con la punta-ta
Del zapato-to
Pobre vieja-ja
Pobre gato-to
Pobre punta-ta
Del zapato-to

Este juego me parece que se puede disfrutar mucho más con 5-6 años, aunque puede haber variantes más sencillas para los más pequeños. Con la práctica de estos juegos, el niño alcanza habilidades psicomotrices como el dominio muscular, la agilidad, el equilibrio, la precisión, la rapidez de reflejos, etc. Otra cosa que me gusta es que es un juego no competitivo, que no vemos demasiados entre los niños. En lo social, estos juegos impulsan la socialización en el alumno, mejora el trabajo en equipo y desarrolla el compañerismo y la cooperación en el grupo de clase.
El juego consiste en ponernos en parejas o en grupos e ir chocando las palmas con los que tenemos a izquierda y derecha. Cuando repetimos la última sílaba, damos dos palmadas cada uno. Si queremos añadirle un poco de emoción al juego, por turnos vamos agachándonos cuando damos estas dos palmadas.



Aquí os dejo un video, aunque apuesto a que os lo sabéis perfectamente ;)


Los juegos populares se encuentran en claro declive y al igual que con los cuentos, debemos poner nuestro grano de arena en que no desaparezcan.

Para cerrar esta entrada quería recordar que cuando contamos un cuento ¡no debemos explicarlo! Y pos supuesto no moralizar. Porque lo que explicaríamos sería nuestra versión propia. Dejemos a los niños decidir qué es lo que el cuento les transmite en cada momento.


Referencias bibliográficas

Módulo docente Literatura Infantil (Irune Labajo).

Jouini, Khemais., “Las fórmulas de apertura y de clausura en los cuentos populares magrebíes y españoles”. Culturas Populares. Revista Electrónica 2 (mayo-agosto 2006).

Martínez, Y., “Los niños de cuatro años comprenden la ironía”. Artículo recuperado de http://www.tendencias21.net/Los-ninos-de-cuatro-anos-comprenden-la-ironia_a4849.html


Villar, F., El enfoque constructivista de Piaget, Universidad de Barcelona. Recuperado de http://www.ub.edu/dppsed/fvillar/principal/pdf/proyecto/cap_05_piaget.pdf


Imágenes:

Había una vez…colorín colorado

El lobo y los siete cabritillos

El traje nuevo del emperador
http://cosorongosraros2.blogspot.com.es/2014/11/cuento-el-traje-nuevo-del-emperador.html

Juego de palmas
https://edutictac.es/balmes/juegos-y-canciones-de-palmas-infantiles/

lunes, 13 de marzo de 2017

Alicia Caediza (corrección)


Este cuento lo conocí hace aproximadamente un año. Lo primero que me llamó la atención al verlo en la librería fue que estaba escrito por Gianni Rodari (escritor, pedagogo y periodista italiano, especializado en literatura juvenil e infantil, que falleció en 1980) ya que por casualidad acababa de conocer Gramática de la fantasía y era la primera vez que me encontraba con un cuento suyo. En cuanto le eché un vistazo me encantó y me lo llevé a casa. Aunque tenga más de 30 años, para nada me parece un texto obsoleto, al contrario, me parece intemporal.




Se trata del primero de ocho cuentos breves que el autor escribió con Alicia como protagonista y que forma parte de la colección “Cuentos por teléfono”.

Título: Alicia Caediza
Autor: Gianni Rodari
Ilustraciones: Elena Temporín
Editorial: Picarona, sello infantil de Ediciones Obelisco S.L.
Fecha 1ª edición: noviembre de 2015

Análisis propuesto para niños de 4 años.




Lo primero que llega a nosotros a través de los ojos, aun antes de cogerlo, es la portada, bastante atractiva a la vez que sencilla. Llama la atención de los niños. A una niña que no sabía leer le pregunté si le gustaba la portada y qué creía que pasaba en el cuento. Me contestó: “Pues que se cae”. Parece que la ilustradora acertó con el diseño. Es Elena Temporín, también italiana y dedicada a la ilustración de cuentos infantiles y juveniles aproximadamente desde 1990.

Inmediatamente después de ver la portada, lo cogemos. Aunque a priori puede parecer un poco largo (25,5 x 33 cm), un niño de 4 años lo maneja sin problema apoyado sobre sus piernas, en una mesa o en el suelo. Las tapas son duras y las páginas bastante resistentes y gruesas para que el niño pueda pasarlas. Consta de 32 páginas ilustradas a todo color, con personajes expresivos y familiares. Prácticamente la totalidad del cuento está escrito con una tipografía tipo Times New Roman, solamente algunas frases de Alicia están escritas en tipografía tipo “manuscrita”, veamos un ejemplo:



El tema que crea el hilo del cuento, es una niña con “tendencia a las caídas” que acaba siempre metida en los sitios más extravagantes, y es que a esta edad el niño quiere probarlo todo, tocarlo todo, saberlo todo, incluso hasta llegar a tener conflictos con sus padres. En este caso son sus abuelos quienes la cuidan mientras sus padres trabajan y los que se pasan el rato pendientes de ella y buscándola por cada rincón de la casa. ¿De qué manera se puede identificar el niño con el tema? Bueno, Alicia tiene tendencia a las caídas, pero cada uno tenemos nuestras “tendencias”: caerse, ponerse la ropa del revés, olvidarnos de las cosas, desorientarnos hasta perdernos… ¡Que cada uno identifique sus torpezas y aprenda a sacarles partido!

Si dejamos a un lado lo gracioso de que Alicia se caiga en una botella de agua y su abuelo la tenga que pescar con una cuerda, detrás está la presencia de los abuelos, ¿cuántos niños que son cuidados por sus abuelos se sentirán identificados? Se identificarán porque a esta edad son capaces de relacionar nuevas situaciones con experiencias previas propias y porque su pensamiento es egocéntrico, aunque según Flavell (1992, pp 120), “no son clara, ni profunda, ni completamente egocéntricos en el sentido piagetiano”.

Tenemos por tanto la familia como solucionadora de problemas y apoyo incondicional. Una historia de andar por casa, de exploraciones que terminan en travesuras, de dejar volar la imaginación.

La ilustradora añade, seguramente por su pasión por este animal, un gato que se convierte en un protagonista más en silencio, porque está presente en todas las escenas y ayuda como uno más en la búsqueda de la pequeña. A los niños siempre les gusta un animalito de por medio, esto sumará puntos a favor del cuento.

Otra cosa que aparece en el cuento es una simulación de ruido que les hace mucha gracia. Cuando Alicia golpea un cajón para que la oigan, podemos leer: “TUM TUM TUM”, llamada que enseguida se aprenden y repiten.

El final, por supuesto, feliz. Papás y abuelos rescatan a la niña y todos acaban fundidos en un abrazo.

A esta edad, existe una verdadera confusión entre lo real y lo imaginario, por eso es posible que nos hagan preguntas de tipo ¿puede una niña caerse en un despertador?, o, ¿cómo se cayó Alicia dentro de una botella? Les divierten y llaman la atención los disparates.

La estructura del cuento es lineal (planteamiento, nudo y desenlace). En primer lugar nos presentan a la protagonista y lo que le ocurre, en segundo lugar surge el problema de que no la encuentran por ningún lado y finalmente el desenlace, que como decía, es final feliz con toda la familia reunida. Como podemos leer en el módulo docente de la asignatura, este es el tipo de estructura más sencillo y adecuado para la edad que nos ocupa, ya que a esta edad todavía no comprenden bien los “flash back” ni otras variaciones.

La protagonista es una niña que podríamos ser cualquiera de nosotros: va al parque con su abuelo, le preparan la merienda, es curiosa, se pintarrajea la cara cuando encuentra un bolígrafo, inquieta, ágil, a veces se queda dormida, y…¡sabe nadar! Finalmente vemos que es una niña con recursos porque consigue encontrar la forma de que su familia la oiga golpear y descubra dónde estaba mientras todos buscaban como locos.

En cuanto al resto de personajes, los roles representados son bien reconocidos por los niños. Los abuelos, los padres, el gato y una vecina. Como he comentado ya, este libro es totalmente de andar por casa, independientemente de lo fantasioso de la historia. Aquí vemos, al final del cuento, todos los personajes en una imagen:



Alicia es reflejada en el cuento como una niña con mucha curiosidad, que desaparece a cada momento pero no con “mala” intención sino porque la pobre tiene “tendencia a las caídas”. Es una niña valiente, no tiene miedo a la oscuridad (miedo que en los lectores puede empezar alrededor de los 3 años) y no se asusta si tiene que saltar engranajes de despertador o nadar en la botella hasta que la rescatan. Transmite mucha seguridad y fortaleza. Estos valores me parecen muy importantes a esta edad porque con cuatro años los niños ya hacen y deshacen por sí mismos, les gustan los retos y estar seguros en sus acciones es clave para su autonomía y el saber desenvolverse en cualquier situación.

El lenguaje utilizado es claro, sencillo, vocabulario que los niños conocen. No hay largos párrafos y los pocos diálogos son muy breves.

El cuento ya me tenía ganada previamente por la experiencia con él, pero después de analizarlo detalladamente en base a todos estos puntos, puedo decir convencida que es un buen cuento para niños de cuatro años. Con él podemos conversar sobre la familia, sobre caídas graciosas o dolorosas, sobre el trabajo de nuestros padres, sobre nuestras mascotas… pero sobre todo es un cuento para reírse de las situaciones disparatadas, dejar volar la imaginación y disfrutar.

Para terminar me gustaría traer a la entrada un fragmento de un artículo de Kerguéno (1988):

Si un niño no ha aprendido desde pequeño a escuchar cuentos, a imaginar entre las frases lo que no se dice, a vivir emociones identificándose con los héroes, no encontrará en la lectura más que una sucesión de palabras sin encanto. No habrá aprendido a entrar en la magia del relato.


Referencias Bibliográficas

Kerguéno, J., (1988), Ayudar al niño a convertirse en lector. Cuadernos de Literatura infantil y  juvenil, 1(1), 86-91.

Mounoud, P., (2001), El desarrollo cognitivo del niño: desde los descubrimientos de Piaget hasta las investigaciones actuales. Contextos educativos, 4(2001), 53-77.

Piaget, J., (1964). Seis estudios de psicología. Barcelona: Editorial Labor.

Otras consultas:

Módulo docente de Literatura Infantil (Irune Labajo).

Cuadros:
  • Libros infantiles y edición (Asociación nacional de editores)
  • Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura (Francisco Cueles)
  • Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector (Centro de Orientación de lectura. MEC. Años 90).


Imágenes:
  • Blog Literatura infantil respetuosa.
  • Blog Adivina quién lee.


Datos técnicos del cuento: