lunes, 13 de marzo de 2017

Alicia Caediza (corrección)


Este cuento lo conocí hace aproximadamente un año. Lo primero que me llamó la atención al verlo en la librería fue que estaba escrito por Gianni Rodari (escritor, pedagogo y periodista italiano, especializado en literatura juvenil e infantil, que falleció en 1980) ya que por casualidad acababa de conocer Gramática de la fantasía y era la primera vez que me encontraba con un cuento suyo. En cuanto le eché un vistazo me encantó y me lo llevé a casa. Aunque tenga más de 30 años, para nada me parece un texto obsoleto, al contrario, me parece intemporal.




Se trata del primero de ocho cuentos breves que el autor escribió con Alicia como protagonista y que forma parte de la colección “Cuentos por teléfono”.

Título: Alicia Caediza
Autor: Gianni Rodari
Ilustraciones: Elena Temporín
Editorial: Picarona, sello infantil de Ediciones Obelisco S.L.
Fecha 1ª edición: noviembre de 2015

Análisis propuesto para niños de 4 años.




Lo primero que llega a nosotros a través de los ojos, aun antes de cogerlo, es la portada, bastante atractiva a la vez que sencilla. Llama la atención de los niños. A una niña que no sabía leer le pregunté si le gustaba la portada y qué creía que pasaba en el cuento. Me contestó: “Pues que se cae”. Parece que la ilustradora acertó con el diseño. Es Elena Temporín, también italiana y dedicada a la ilustración de cuentos infantiles y juveniles aproximadamente desde 1990.

Inmediatamente después de ver la portada, lo cogemos. Aunque a priori puede parecer un poco largo (25,5 x 33 cm), un niño de 4 años lo maneja sin problema apoyado sobre sus piernas, en una mesa o en el suelo. Las tapas son duras y las páginas bastante resistentes y gruesas para que el niño pueda pasarlas. Consta de 32 páginas ilustradas a todo color, con personajes expresivos y familiares. Prácticamente la totalidad del cuento está escrito con una tipografía tipo Times New Roman, solamente algunas frases de Alicia están escritas en tipografía tipo “manuscrita”, veamos un ejemplo:



El tema que crea el hilo del cuento, es una niña con “tendencia a las caídas” que acaba siempre metida en los sitios más extravagantes, y es que a esta edad el niño quiere probarlo todo, tocarlo todo, saberlo todo, incluso hasta llegar a tener conflictos con sus padres. En este caso son sus abuelos quienes la cuidan mientras sus padres trabajan y los que se pasan el rato pendientes de ella y buscándola por cada rincón de la casa. ¿De qué manera se puede identificar el niño con el tema? Bueno, Alicia tiene tendencia a las caídas, pero cada uno tenemos nuestras “tendencias”: caerse, ponerse la ropa del revés, olvidarnos de las cosas, desorientarnos hasta perdernos… ¡Que cada uno identifique sus torpezas y aprenda a sacarles partido!

Si dejamos a un lado lo gracioso de que Alicia se caiga en una botella de agua y su abuelo la tenga que pescar con una cuerda, detrás está la presencia de los abuelos, ¿cuántos niños que son cuidados por sus abuelos se sentirán identificados? Se identificarán porque a esta edad son capaces de relacionar nuevas situaciones con experiencias previas propias y porque su pensamiento es egocéntrico, aunque según Flavell (1992, pp 120), “no son clara, ni profunda, ni completamente egocéntricos en el sentido piagetiano”.

Tenemos por tanto la familia como solucionadora de problemas y apoyo incondicional. Una historia de andar por casa, de exploraciones que terminan en travesuras, de dejar volar la imaginación.

La ilustradora añade, seguramente por su pasión por este animal, un gato que se convierte en un protagonista más en silencio, porque está presente en todas las escenas y ayuda como uno más en la búsqueda de la pequeña. A los niños siempre les gusta un animalito de por medio, esto sumará puntos a favor del cuento.

Otra cosa que aparece en el cuento es una simulación de ruido que les hace mucha gracia. Cuando Alicia golpea un cajón para que la oigan, podemos leer: “TUM TUM TUM”, llamada que enseguida se aprenden y repiten.

El final, por supuesto, feliz. Papás y abuelos rescatan a la niña y todos acaban fundidos en un abrazo.

A esta edad, existe una verdadera confusión entre lo real y lo imaginario, por eso es posible que nos hagan preguntas de tipo ¿puede una niña caerse en un despertador?, o, ¿cómo se cayó Alicia dentro de una botella? Les divierten y llaman la atención los disparates.

La estructura del cuento es lineal (planteamiento, nudo y desenlace). En primer lugar nos presentan a la protagonista y lo que le ocurre, en segundo lugar surge el problema de que no la encuentran por ningún lado y finalmente el desenlace, que como decía, es final feliz con toda la familia reunida. Como podemos leer en el módulo docente de la asignatura, este es el tipo de estructura más sencillo y adecuado para la edad que nos ocupa, ya que a esta edad todavía no comprenden bien los “flash back” ni otras variaciones.

La protagonista es una niña que podríamos ser cualquiera de nosotros: va al parque con su abuelo, le preparan la merienda, es curiosa, se pintarrajea la cara cuando encuentra un bolígrafo, inquieta, ágil, a veces se queda dormida, y…¡sabe nadar! Finalmente vemos que es una niña con recursos porque consigue encontrar la forma de que su familia la oiga golpear y descubra dónde estaba mientras todos buscaban como locos.

En cuanto al resto de personajes, los roles representados son bien reconocidos por los niños. Los abuelos, los padres, el gato y una vecina. Como he comentado ya, este libro es totalmente de andar por casa, independientemente de lo fantasioso de la historia. Aquí vemos, al final del cuento, todos los personajes en una imagen:



Alicia es reflejada en el cuento como una niña con mucha curiosidad, que desaparece a cada momento pero no con “mala” intención sino porque la pobre tiene “tendencia a las caídas”. Es una niña valiente, no tiene miedo a la oscuridad (miedo que en los lectores puede empezar alrededor de los 3 años) y no se asusta si tiene que saltar engranajes de despertador o nadar en la botella hasta que la rescatan. Transmite mucha seguridad y fortaleza. Estos valores me parecen muy importantes a esta edad porque con cuatro años los niños ya hacen y deshacen por sí mismos, les gustan los retos y estar seguros en sus acciones es clave para su autonomía y el saber desenvolverse en cualquier situación.

El lenguaje utilizado es claro, sencillo, vocabulario que los niños conocen. No hay largos párrafos y los pocos diálogos son muy breves.

El cuento ya me tenía ganada previamente por la experiencia con él, pero después de analizarlo detalladamente en base a todos estos puntos, puedo decir convencida que es un buen cuento para niños de cuatro años. Con él podemos conversar sobre la familia, sobre caídas graciosas o dolorosas, sobre el trabajo de nuestros padres, sobre nuestras mascotas… pero sobre todo es un cuento para reírse de las situaciones disparatadas, dejar volar la imaginación y disfrutar.

Para terminar me gustaría traer a la entrada un fragmento de un artículo de Kerguéno (1988):

Si un niño no ha aprendido desde pequeño a escuchar cuentos, a imaginar entre las frases lo que no se dice, a vivir emociones identificándose con los héroes, no encontrará en la lectura más que una sucesión de palabras sin encanto. No habrá aprendido a entrar en la magia del relato.


Referencias Bibliográficas

Kerguéno, J., (1988), Ayudar al niño a convertirse en lector. Cuadernos de Literatura infantil y  juvenil, 1(1), 86-91.

Mounoud, P., (2001), El desarrollo cognitivo del niño: desde los descubrimientos de Piaget hasta las investigaciones actuales. Contextos educativos, 4(2001), 53-77.

Piaget, J., (1964). Seis estudios de psicología. Barcelona: Editorial Labor.

Otras consultas:

Módulo docente de Literatura Infantil (Irune Labajo).

Cuadros:
  • Libros infantiles y edición (Asociación nacional de editores)
  • Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura (Francisco Cueles)
  • Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector (Centro de Orientación de lectura. MEC. Años 90).


Imágenes:
  • Blog Literatura infantil respetuosa.
  • Blog Adivina quién lee.


Datos técnicos del cuento:

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